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domingo, 13 de septiembre de 2009

La situación poblacional 1830

La situación poblacional

Bolivia nació con una población aproximada de 1.100.000 a 1.200.000 habitantes, sin incluir a los pueblos originarios de las tierras bajas. De acuerdo con el informe que redactó Joseph Pentland en 1826, la población estaba dividida en cuatro grupos: los indígenas, que componían las tres cuartas partes de la población; los europeos y criollos, que llegaban a alrededor de 200.000 personas; los mestizos, que eran cerca de 100.000; y los afroamericanos, que llegaban apenas a los 7.000, 4.300 de los cuales eran esclavos.
La mayor parte de la población boliviana vivía en las áreas rurales. Su situación era de extrema pobreza, debido sobre todo a los efectos de la guerra, que había generado una profunda crisis de la economía a lo largo y ancho de todo el territorio.
Un testigo de la época, que se hace conocer como "un Aldeano", mostraba en un célebre documento que la crisis del ámbito rural era general en haciendas y comunidades. Como un ejemplo, el Aldeano asegura que algunos indígenas, propietarios en 1809 de 12.000 cabezas de ganado lanar, poseían menos de 2.000 en 1830.
El abandono de las ciudades

El informe de Pentland asegura que la caída de la producción minera afectó también a las ciudades altoperuanas. Importantes centros urbanos como Potosí y Oruro perdieron la posición que habían tenido durante la época colonial. Pentland consigna 9.000 habitantes para Potosí, 12.000 para Chuquisaca y 4.000 para Oruro. El nivel poblacional se mantuvo estable en dos ciudades: La Paz (40.000 habitantes) y Cochabamba (30.000 habitantes), cuya población creció gracias a la diversificación de su economía.

La decadencia minera
Luego del abandono de las minas de Potosí, muchas de las cuales llegaron incluso a inundarse, la crisis de la minería se mantuvo después de la guerra durante varios años. Los principales factores fueron la escasez de capitales, la carencia de recursos y la falta de una tecnología adecuada.
Muchos propietarios españoles abandonaron el territorio y los gobiernos no lograron atraer a nuevos inversionistas; por otra parte, los monopolios impuestos tanto a la acuñación como a la explotación de plata impidieron que exista un real incentivo a la producción, ya que el Estado se constituyó en ambos casos en el único empresario.

La industris textil y el comercio

La industria textil, que ya había entrado en un proceso de decadencia a finales del siglo XVIII, recibió un golpe mortal con la importación de manufacturas europeas, especialmente inglesas, que desplazaron al producto nacional debido a sus bajos precios.
Según Pentland, en 1826, éstos eran los principales artículos importados en Bolivia: telas de algodón inglesas, casimires y alfombras francesas e inglesas, calcetería británica, seda francesa, ferretería, vidrios y acero procedentes de Inglaterra.
La apertura al mercado inglés y la crisis de la minería contribuyeron al colapso de los obrajes y debilitaron el espacio comercial colonial que se estructuró en la Colonia alrededor de la minería de Potosí.
Otro elemento que fue en desmedro del desarrollo industrial fue el alto costo del transporte y la escasa importancia económica del puerto de Cobija, además del pago de tarifas aduaneras en los puertos extranjeros del Pacífico que recibían las mercaderías.

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Pablo Aranda Manrique tiene estudios de: Doctorado en Ciencias del Desarrollo (CIDES), Maestría en Educación Virtual (Universidad Andina Simón Bolívar), Post Grado en TICs y Aprendizaje Cooperativo (Universidad Católica de Brasilia-Brasil), Especialización en Redes Telemáticas (Universidad Complutense de Madrid), Especialización Educación Inicial (USB), Formulación de Proyectos y Evaluación Social (Instituto de Investigaciones Económicas UMSA), Diplomado y Maestría en Educación Superior (CEPIES – UMSA) Licenciatura en Pedagogía (UMSA), Especialización en Psicopedagogía (UMSA). Desarrolla actividades como: Consultor en Educación, Coordinador de Post Grados, Docente de Pre y Post Grado en las más prestigiosas Universidades Públicas y Privadas de Bolivia, Conferencista Nacional e Internacional. Actualmente es Director del Centro de Estudios Psicopedagógicos CEP